2017 ¡qué año! Las mujeres en muchos países han hecho oír sus voces en asuntos relacionados tanto con la esfera privada como económica. La mala conducta sexual y el pago desigual fueron dos de las principales protestas expresadas en voz alta por individuos en muchos países. ¿Qué pasó en el entorno de los productos del mar?

Queremos compartir con ustedes lo que hemos observado en nuestra publicación de vigilancia como la presidente de la Asociación Internacional de Mujeres en la Industria de Productos del Mar (WSI). La mayoría de nuestras observaciones están disponibles en el WSI WATCH 2017 publicado la semana pasada [1].

A pesar de algún progreso, la industria pesquera aún está calificada por su propio personal como "dominada por hombres". Hombres y mujeres ocupan papeles distintos a lo largo de la cadena de valor de los productos del mar. E independientemente del país, la ubicación o el nivel de desarrollo de la industria, las trabajadoras están constantemente sobrerrepresentadas en puestos poco calificados, mal pagados y de bajo valor, y siguen ausentes en los niveles más altos de la cadena de valor. Ya sea en el mundo desarrollado o en el mundo en desarrollo, donde los contextos varían significativamente, las normas y estereotipos similares profundamente arraigados en esta industria, hacen que la distribución del poder y el beneficio entre los dos sexos sea desigual.

Entre las últimas, las mujeres "dominan" en números. Representan el 70% de todos los trabajadores de la acuicultura, entre el 85% y el 90% del procesamiento de productos del mar en todo el mundo [2], y el 50% del total de los trabajadores del sector. Esta evidente asimetría de poder permite todo tipo de malas acciones y discriminaciones. El embarazo continúa siendo penalizado con el despido, y el permiso parental continúa siendo visto principalmente como una cuestión de mujeres/madres. Ya sea en las plantas de procesamiento de pescado o camarón, tanto los empleados migrantes locales como los más vulnerables son víctimas de conductas sexuales incorrectas. Y esto en países desarrollados y en desarrollo. El pago desigual es otro rasgo, no específico pero común en el sector de los productos del mar. Por ejemplo, en Francia, según las estadísticas oficiales, las mayoristas de pescados y mariscos ganan un 16% menos que sus contrapartes masculinas, según el mismo trabajo y el tiempo de trabajo equivalente. En cuanto a las pescaderas, es un 18% menos [3]. En Bangladesh, la brecha salarial se estima en 18% en la cría de camarones, del 17% al 40% en el procesamiento de camarón.

Encuesta "Género en la agenda de la industria pesquera"

El otoño pasado, WSI lanzó un cuestionario específico en línea sobre cómo los hombres y las mujeres de la industria perciben la igualdad profesional y de género, incluida su apreciación del papel de la mujer. Los resultados preliminares [4] de esta encuesta global -que recoge 700 respuestas- confirman que todos los segmentos de la industria pesquera, desde la pesca hasta la acuicultura, el procesamiento, el comercio y la gestión, son percibidos como un entorno de trabajo desigual por y para las mujeres. Dos tercios (68%) de todas las mujeres encuestadas informan que la desigualdad de género y las discriminaciones basadas en el género existen en su compañía. En contraste, los hombres no tienen la misma percepción, y el 38% reconoce algún tipo de situación discriminatoria cuando el 55% de ellos considera que no hay problemas. Este resultado se verifica en los cinco continentes. Muchos encuestados también declararon que esta cuestión no es una prioridad para su industria, que se está quedando muy atrás de los asuntos económicos, las restricciones sanitarias o incluso la sostenibilidad ambiental.

Reconocer la desigualdad de género, un premier paso