Aquí hay un acertijo sospechoso. Pregunta: ¿cuándo una lubina no es una lubina? Respuesta: cuando es una perca gigante. Esa es la conclusión de un estudio reciente sobre el pescado vendido a los consumidores en los Estados Unidos, que encontró que el 20% de las muestras analizadas estaban mal etiquetadas.
El estudio, realizado por Oceana, una organización estadounidense sin fines de lucro dedicada a proteger los océanos del mundo, analzó 449 pescados comprados en tiendas y restaurantes en 24 estados de EE.UU. y el distrito de Columbia. Se utilizaron pruebas de ADN para establecer la verdadera identidad de las muestras.
Un tercio de todas las tiendas y restaurantes revisados vendían productos del mar mal etiquetados. El pescado fue mal informado con mayor frecuencia en los menús de restaurantes (26 %) y en mercados más pequeños (24 %). Se encontró que un octavo (12%) de las muestras de los supermercados estaba mal etiquetado.
Las especies más mal etiquetadas fueron la lubina (55%) y el pargo (42%).(Fuente: Oceana)
El fraude pesquero es un problema global
El estudio también encontró que los productos del mar importados a veces se comercializaban como captura local, mientras que las especies vulnerables como el fletán atlántico se anunciaban falsamente como una captura más sostenible. Por ejemplo, dos puntos de venta en Florida habían sustituido el exquisito manjar local "hogfish" por mero del océano Índico.
"En casos como estos, los consumidores piensan que están comprando un pescado local recién salido del barco, pero lo que realmente reciben es algo que se importó y en ocasiones se crió", señala el estudio.
Fuente: Oceana
Oceana dice que el fraude con el pescado es un problema mundial, que encubre la pesca ilegal y engaña a los clientes que intentan comprar productos sostenibles. La pesca ilegal se refiere a cualquier pesca que se realice contra las leyes nacionales u obligaciones internacionales, contra la conservación u otras medidas de gestión de poblaciones, o sin otra autorización. Puede agotar los stocks pesqueros, poner a los que pescan ilegalmente en una ventaja injusta y dañar los hábitats marinos.
Información digital
El Foro Económico Mundial, en un Libro Blanco publicado a principios de este año, pidió una acción renovada para erradicar la pesca ilegal, que según dijo representaba un tercio del pescado extraído de los océanos a un costo anual para la economía global de hasta USD 23.500 millones
El Foro instó a las naciones a trabajar juntas a nivel regional y a utilizar la tecnología de intercambio de datos digitales para rastrear las fuentes del pescado que llega a los puertos de todo el mundo. En particular, pidió inversiones en monitoreo digital de capturas para reemplazar los sistemas actuales basados en papel.
Video de YouTube: Oceana | Un nombre, un pez: por qué importan los nombres de los pescados.
El Foro Económico Mundial, en colaboración con el Instituto de Recursos Mundiales, convoca a Friends of Ocean Action, una coalición de líderes que trabajan juntos para proteger los mares. Desde un programa con el gobierno indonesio para reducir los desechos plásticos que ingresan al mar hasta un plan global para rastrear la pesca ilegal, el grupo está presionando por nuevas soluciones.
Oceana ha pedido al gobierno de Estados Unidos que endurezca las regulaciones sobre la importación y venta de pescado para permitir su seguimiento desde el barco hasta el plato. Advierte que, en la actualidad, es imposible ver quién en la cadena de suministro está falsificando la descripción de un envío de pescado.
Las políticas estrictas para combatir el fraude de pescados introducidas por la Unión Europea llevaron a una reducción casi inmediata del etiquetado incorrecto del pescado.
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