Foto: © Lionel Flageul/PDM
Bretaña: en la encrucijada de la industria pesquera
FRANCIA
Tuesday, September 10, 2024, 00:10 (GMT + 9)
Casi la mitad del pescado fresco que se desembarca en Francia procede de Bretaña. Esta región no solo es líder en volumen, sino también en diversidad de especies, métodos de pesca y empresas, lo que la sitúa en el centro de los desafíos de la industria pesquera (y potencialmente de sus soluciones), según Produits de la Mer.
Con 1.200 barcos pesqueros y 4.300 marineros, Bretaña representa el 32% y el 38% de la fuerza laboral nacional en estas categorías, respectivamente. La región también cuenta con 200 empresas de comercialización y procesamiento de pescado, que proporcionan más de 7.500 puestos de trabajo. De las 35 subastas de pescado de Francia, 13 están ubicadas en Bretaña, incluidas dos de las tres primeras en términos de valor de mercado, Le Guilvinec y Lorient. Bretaña representa el 44% del volumen y el 42% del valor de toda la pesca fresca desembarcada en Francia, lo que destaca su papel fundamental en el sector.
La influencia de Bretaña no es solo histórica; también es estructural y diversa. A diferencia de su vecina Normandía, la mayoría de los pescadores bretones están organizados en organizaciones de productores (OP). Les Pêcheurs de Bretagne (LPDB), la OP más grande de Francia, y Cobrenord, tienen 619 y 197 barcos miembros, respectivamente. La asociación Breizhmer, creada en 2019, reúne a los actores de la pesca y la acuicultura bretonas para promover la experiencia y el compromiso locales. Su etiqueta cubre todas las categorías de productos y todas las etapas de la cadena de suministro.
La diversidad es una característica definitoria de la pesca bretona, ya sea en términos de artes de pesca, tamaño de los barcos o especies. En LPDB, las tres principales especies en volumen son la sardina, la merluza y el rape, mientras que el rape, la merluza y los langostinos lideran en valor. Los miembros de Cobrenord se centran principalmente en los mariscos (64%), en particular las vieiras de la bahía de Saint-Brieuc. La acuicultura (ostras, mejillones y truchas) y una sólida red industrial también contribuyen al paisaje pesquero de la región.
Sin embargo, Bretaña se enfrenta a importantes desafíos. La región se ha visto muy afectada por cuestiones como el Brexit, el aumento de los precios de los combustibles, las reducciones de la flota, los proyectos de energía eólica, las cuotas de pesca y el cierre del Golfo de Vizcaya. "Hemos tenido que hacer frente a una o dos crisis al año, sin ayuda financiera para el comercio de pescado. Las reservas de efectivo están agotadas", comentó un profesional local. La preocupación por los volúmenes también está aumentando. De los 90 barcos previstos para el desguace en virtud del Plan Individual de Apoyo (PAI) del Brexit, 45 eran de Bretaña.
El puerto de Loctudy, lugar de lanzamiento de Breizh Up Pêche el 31 de mayo, se vio especialmente afectado, perdiendo 26 buques de alta mar solo en 2023. Desde la década de 2000, Loctudy ha visto una reducción de tres cuartas partes de su flota de alta mar. Entre 2022 y 2023, los volúmenes del mercado de pescado cayeron un 23% en Lorient y Guilvinec, un 26% en Douarnenez y un 19% en Concarneau.
El arrastrero Naoned de la flota de pesca artesanal de Keroman (Apak)
Los retos medioambientales y los esfuerzos de descarbonización complican aún más el panorama. El proyecto Hyba, lanzado en 2022, tiene como objetivo probar la hibridación de la flota con bajas emisiones de carbono en condiciones reales. El arrastrero Naoned, parte de la flota de pesca artesanal de Keroman (Apak), fue elegido por su versatilidad. En julio, se instalaron 70 sensores en el buque para recopilar datos para optimizar el uso de la energía. El proyecto cuenta con un presupuesto de 2,5 millones de euros, de los cuales 1,3 millones se destinarán a futuras modificaciones. Actualmente, el único arrastrero diésel-eléctrico de aguas profundas en Bretaña es el Blue Wave, propiedad de Jean-Baptiste Goulard en Guilvinec.
El tamaño de la flota es un tema polémico entre los ecologistas y las ONG. Los ecologistas de Bretaña, por ejemplo, en el consejo regional no apoyaron la creación de Breizh Up Pêche. Del mismo modo, la ONG Bloom critica lo que llama "greenwashing" y denuncia que se están utilizando fondos públicos para eludir la reglamentación europea y financiar a los arrastreros de fondo no artesanales, a los que califica de "destructores del fondo marino". Loïg Chesnais-Girard, presidente de la región de Bretaña, respondió el 28 de junio: "Si creen que cualquier barco pesquero de más de 12 metros es una aberración, entonces hay 224 barcos que desmantelar en Bretaña y 1.000 marineros que trasladar a una zona costera ya superada".
Esta fuerte movilización de las ONG ha tenido consecuencias prácticas. El Annelies Ilena, apodado "el barco del infierno" por Bloom, no heredará las cuotas de bacaladilla del viejo arrastrero Joseph Roty, que ha superado su vida útil de más de 50 años. El argumento en contra del Annelies Ilena es que lleva bandera polaca y que no puede atracar en Saint-Malo debido a su enorme tamaño (144 metros), sino que atraca en Ijmuiden, Países Bajos, lo que supone un importante revés para la Compagnie des Pêches de Saint-Malo.
Basado en la historia de Fanny Rousselin-Rousvoal Fanny/PDM
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