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Operaciones de acuicultura. (Foto: The Aquaculture Communications Group)
Beta-glucanos, una alternativa natural contra las enfermedades
(UNIÓN EUROPEA, 8/28/2013)
La introducción de métodos ecológicos alternativos para controlar las enfermedades de los peces a través de los piensos puede proporcionar un impulso significativo a acuicultura, sostienen los autores de un nuevo estudio.
Esta afirmación surge de los primeros resultados que se difunden del proyecto NEMO, cuyo nombre formal es "Red de formación en la modulación inmunoprotectora de peces de aguas templadas mediante la alimentación con glucanos".
Esta iniciativa, cuyo objetivo era investigar los diferentes aspectos de la actividad de los beta-glucanos (β-glucanos) en los peces, fue desarrollada entre 2008 y 2012 con la participación de nueve socios de los sectores empresariales y de investigación.
El proyecto NEMO fue creado en la búsqueda de una prevención eficaz de las enfermedades, a través de un aumento de la resistencia general de los animales a las infecciones y el mejoramiento de la salud con productos y procesos más naturales. La meta final era encontrar soluciones amigables con el ambiente para prevenir las infecciones y tratar las enfermedades con alternativas a los antibióticos y productos químicos, mediante la formulación de dietas y la producción de piensos, ya que el alimento es el requisito esencial para cualquier tipo de ganado.
Los β-glucanos son monosacáridos presentes en varias sustancias orgánicas, tales como cereales, setas, paredes celulares de levaduras y algas. Son conocidos por sus efectos contra el cáncer, así como también por su capacidad para reducir los niveles de lípidos y azúcar en la sangre. Además, se están utilizando en diversas disciplinas veterinarias porque estimulan el sistema inmunológico de los animales.
En la actualidad, los β-glucanos se encuentran comercialmente disponibles en diferentes formas y se producen a partir de especies de levaduras aprobadas para su uso en animales domésticos, tanto en la UE como en todo el mundo. Para que sean utilizados con eficacia en la acuicultura, tienen que ser incorporados en la alimentación de los peces para que no se estresen, ya que esta condición puede conducir a brotes de enfermedades.
Lo que el proyecto NEMO pretendía hacer era tratar de establecer la mejor forma de mejorar la salud de los peces utilizando estratégicamente β-glucanos. Esto involucraba maximizar los efectos estimulantes del sistema inmune de los β-glucanos y observar cómo estos azúcares simples afectaban la reacción inmunológica innata de los peces.
Las invetigaciones de NEMO muestran que los β-glucanos estimulan efectivamente la importante producción de proteínas inmunes como la PCR (proteína C reactiva) y las proteínas del complemento, que desempeñan un papel importante en la protección inmunológica de los peces de cultivo.
Como parte de la investigación, los científicos indujeron varios virus artificialmente en peces de estudio y observaron que aquellos alimentados con β-glucanos se curaron más rápido y mejor. Este resultado pondría en evidencia los efectos beneficiosos de estos monosacáridos en los procesos de regeneración de tejidos (cicatrización de heridas).
Sin embargo, los estudios también mostraron que los β-glucanos no tienen ningún efecto directo sobre la regeneración de los tejidos de la carpa, sino una interacción combinada de las células inmunes, sino que se necesita tejido para que los β-glucanos mejoren la cicatrización de heridas.
Asimismo, la investigación reveló que los β-glucanos utilizados con peces de cultivo, en particular la carpa común o europea (Cyprinus carpio L.), mejoraron los parámetros de rendimiento de crecimiento y aumentaron los leucocitos (anticuerpos que combaten las enfermedades) de forma significativa.
Los resultados del proyecto NEMO muestran que los β-glucanos pueden ser una alternativa rentable para mejorar y estimular el sistema inmunológico de los peces, convirtiéndolos en una opción más natural que las vacunas o los antibióticos.
Este proyecto de investigación fue adjudicado por la Comisión Europea y financiado por el programa Red de Formación Inicial Marie Curie (ITN).
Por Gabriela Raffaele
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